domingo, 4 de agosto de 2013

Los Caprichos y El Quijote.

¿Tomar un café?... mire asombrado el rostro de Daniela, abrigada en sus trapos y la melancolía distraída de sus ojos. Insinúan tragarse el orgullo y tomar un café caliente. caminamos hasta la plaza san Martin y sentados en la mesa compartimos la misma sensación del tiempo, el frio azotaba con vehemencia, en el gélido tiempo las sombras se perdían sobre la niebla. Entonces… as comprendido? Pregunte. Sonrió tímidamente y luego de una pausa larga dijo: pareciera que estuviéramos asistiendo al ciclo de reunión de brujas Presidida por el Diablo. Se acerco a lado mío, y guio con la mirada la plaza, en el centro pareciera el macho cabrillo que describe El Aquelarre. Y los que descansan, hacen una parada o huevean como nosotros, impostamos los rostros mas terroríficos de un sueño irracional, asistimos bajo la sombra de brujos, personajes terroríficos, a un oscuro presentimiento, nuestros miedos, nuestras pesadillas y vuestros sueños son irracionales de una noche oscura cuando dormimos. No cabe duda que el comentario de Goya en la IV Lamina de Los Caprichos. “El mundo es una mascara; el rostro, la postura y la voz, todo es mentira todos quieren parecer lo que no son, todos engañan y nadie se conoce a si mismo”. Es una respuesta a mi pregunta. Posiblemente solo quería escuchar un si o un no, luego de una discusión larga. Entonces pregunte ¿No sabia que te gusta la pintura?... Nunca me preguntaste tonto, dijo. Terminamos el café y caminamos de la mano sin murmullo alguno. Pasamos entre la multitud y pasados muchos minutos pregunte que te pareció esa pintura. Es una especie de furia pictórica que caracteriza a las pinturas negras es maravilloso como describe todo aquello relacionado a nuestros delirios irracionales, representados en escenas de brujería y exorcismo. Una poesía para culminar nuestra conversación dijo.

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