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sábado, 7 de septiembre de 2013
Toda Despedida Es Un Morir Un Poco.
Estuve viendo una película, una gran película titulada el campeón con Jon Voight y Faye Dunaway de 1931.quien gano su estrella Wallace Beery un Oscar.
Este drama magníficamente fotografiado en una película te lleva en un sinfín de emociones de la risa al llanto y del llanto a la nostalgia hace que todo se sienta completo en que nada falta y nada sobra.
Lo que quiero decirles a manera de un comentario reflexión. Hace tiempo atrás subí al bus y me senté a lado de una anciana, minutos después paso el cobrador y al anciana le alcanzó 70 céntimos
y el cobrador enfurecido le recrimino porque faltaba 30 céntimos y paro el bus para bajarlo, en aquel momento nos dimos de golpes y sentí la falta de solidaridad de todos nosotros como humanos, no es el dinero que hace falta para completar el pasaje esta ves, hace falta los valores. El respeto por quienes podrían ser vuestros padres.
A manera de discurso de graduación de la vida te digo a ti que caminas con los audífonos sobre las orejas, a ti que vives tu mundo, disfruta de tu belleza de lo guap@ que estas porque luego de 20 años entenderás cuando mires fotos tuyas y te reflejes en el espejo, se solidario con quienes nos llevan pasos adelante, porque en el futuro estaremos bajo los mismos acontecimientos, expresa tus sentimientos cuando tengas la necesidad de hacerlo, no dejes que los celos te maten, si alguien no fue leal contigo déjalo ir, hay cosas mas bellas por las que luchar, llévate bien con tus hermanos porque posiblemente ellos son los que te acompañaran en el futuro.
Hay cosas que tienen más importancia en la vida, cosas que jamás pasaron por tu mente,
aquellos que te sorprenden un viernes por la mañana, o un lunes mientras llegas del trabajo.
Recuerda los elogios que recibas, olvida los insultos no son buenos para tu salud, no te sientas mal si no sabes que hacer a los 18 años tampoco a los 27 conozco personas exitosas que a los 40 años no sabían que hacer.
Canta, baila, ríe no leas revistas de belleza para lo único que sirven son para hacerte sentir fe@
compréndalos a tus padres porque mas tarde no estarán ya contigo.
Viaja con tus amigos, lee libros amate porque tiempos pasados ya no volverán los precios subirán los políticos mentirán y todo tiempo pasado será mejor.
Seduce con tu inteligencia y sensibilidad por los mas necesitados, son detalles que nunca fallan en una hombre una mujer que te amara toda una vida, así como la película el campeón hay amores que valen la pena valorar.
jueves, 25 de agosto de 2011
Kennedy, John F. 1961 el mejor discurso.
Kennedy, John F. 1961 Discurso de Toma de Posesión
Compatriotas:
Celebramos hoy, no la victoria de un partido, sino un acto de libertad - simbólico de un fin tanto como de un comienzo - que significa una renovación a la par que un cambio, pues ante vosotros y ante Dios Todopoderoso he prestado el solemne juramento concebido por nuestros antepasados hace casi 165 años. El mundo es muy distinto ahora. Porque el hombre tiene en sus manos poder para abolir toda forma de pobreza y para suprimir toda forma de vida humana. Y, sin embargo, las convicciones revolucionarias por las que lucharon nuestros antepasados siguen debatiéndose en todo el globo; entre ellas, la convicción de que los derechos del hombre provienen no de la generosidad del Estado, sino de la mano de Dios.
No olvidemos hoy día que somos los herederos de esa primera revolución. Que sepan desde aquí y ahora amigos y enemigos por igual, que la antorcha ha pasado a manos de una nueva generación de norteamericanos, nacidos en este siglo, templados por la guerra, disciplinados por una paz fria y amarga, orgullosos de nuestro antiguo patrimonio, y no dispuestos a presenciar o permitir la, lenta desintegración de los derechos humanos a los que esta nación se ha consagrado siempre, y a los que estamos consagrados hoy aquí y en todo el mundo.
Que sepa toda nación, quiéranos bien o quiéranos mal, que por la supervivencia y el triunfo de la libertad hemos de pagar cualquier precio, sobrellevar cualquier carga, sufrir cualquier penalidad, acudir en apoyo de cualquier amigo y oponernos a cualquier enemigo.
Todo esto prometemos, y mucho más.
A los viejos aliados cuyo origen cultural y espiritual compartimos, les brindamos la lealtad de los amigos fieles. Unidos, es poco lo que no nos es dado hacer en un cúmulo de empresas cooperativas; divididos, es poco lo que nos es dado hacer, pues reñidos y distanciados no osaríamos hacer frente a un reto poderoso.
A aquellos nuevos estados que ahora acogemos con beneplácito en las filas de los libres, prometemos nuestra determinación de no permitir que una forma de dominación colonial desaparezca solamente para ser reemplazada por una tiranía harto más férrea. No esperaremos que secunden siempre todo punto de vista, nuestro, pero abrigaremos siempre la esperanza de verlos defendiendo vigorosamente su propia libertad, y recordando que, en el pasado, los que insensatamente se entregaron a buscar el poder cabalgando a lomo de tigre acabaron invariablemente por ser devorados por su cabalgadura.
A los pueblos de las chozas y aldeas de la mitad del globo que luchan por romper las cadenas de la miseria de sus masas, les prometemos nuestros mejores esfuerzos para ayudarlos a ayudarse a sí mismos, por el periodo que sea preciso, no porque quizás lo hagan los comunistas, no porque busquemos sus votos, sino porque es justo. Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no podrá salvar a los pocos que son ricos.
A nuestras hermanas repúblicas allende nuestra frontera meridional les ofrecemos una promesa especial: convertir nuestras buenas palabras en buenos hechos mediante una nueva Alianza Para el Progreso; ayudar a los hombres libres y los gobiernos libres a despojarse de las cadenas de la pobreza. Pero esta pacífica revolución de esperanza no puede convertirse en la presa de las potencias hostiles. Sepan todos nuestros vecinos que nos sumaremos a ellos para oponernos a la agresión y la subversión en cualquier parte de las Américas. Y sepa cualquier otra potencia que este hemisferio se propone seguir siendo el amo de su propia casa.
A esa asamblea mundial de estados soberanos, las Naciones Unidas, que es nuestra última y mejor esperanza de una era en que los instrumentos de guerra han sobrepasado, con mucho, a los instrumentos de paz, renovamos nuestra promesa de apoyo: para evitar que se convierta en un simple foro de injuria, para fortalecer la protección que presta a los nuevos y a los débiles, y para ampliar la extensión a la que pueda llegar su mandato.
Por último, a las naciones que se erigirían en nuestro adversario, les hacemos no una promesa sino un requerimiento : que ambas partes empecemos de nuevo la búsqueda de la paz, antes de que las negras fuerzas de la destrucción desencadenadas por la ciencia suman a la humanidad entera en su propia destrucción, deliberada o accidental.
No les tentemos con la debilidad, porque sólo cuando nuestras armas sean suficientes sin lugar a dudas, podremos estar seguros sin lugar a dudas de que no se utilizarán jamás. Pero tampoco es posible que dos grandes y poderosos grupos de naciones se sientan tranquilos en una situación presente que nos afecta a ambos, agobiadas ambas partes por el costo de las armas modernas, justamente alarmadas ambas por la constante difusión del mortífero átomo, y compitiendo, no obstante, ambas, por alterar el precario equilibrio de terror que contiene la mano de la postrera guerra de la humanidad.
Empecemos, pues, de nuevo, recordando en ambas partes que la civilidad no es indicio de debilidad, y que la sinceridad puede siempre ponerse a prueba. No negociemos nunca por temor, pero no tengamos nunca temor a negociar.
Exploremos ambas partes qué problemas nos unen, en vez de insistir en los problemas que nos dividen.
Formulemos ambas partes, por primera vez, proposiciones serias y precisas para la inspección y el control de las armas, y para colocar bajo el dominio absoluto de todas las naciones el poder absoluto para destruir a otras naciones.
Tratemos ambas partes de invocar las maravillas de la ciencia, en lugar de sus terrores. Exploremos juntas 1as estrellas, conquistemos los desiertos, extirpemos las enfermedades, aprovechemos las profundidades del mar y estimulemos las artes y el comercio.
Unámonos ambas partes para acatar en todos los ámbitos de la tierra el mandamiento de Isaías llamado a: "deshacer los pesados haces de opresión , . . (y) dejar ir libres a los quebrantados".
Y si con la cabeza de playa de la cooperación es posible despejar las selvas de la suspicacia, unámonos ambas partes para crear un nuevo empeño, no un nuevo equilibrio de poder, sino un nuevo mundo bajo el imperio de la ley, en el que los fuertes sean justos, los débiles se sientan seguros y se preserve la paz.
No se llevará a cabo todo esto en los primeros 100 días. Tampoco se llevará a cabo en los primeros 1.000 días, ni en la vida de este Gobierno, ni quiza siquiera en el curso de nuestra vida en este planeta. Pero empecemos.
En vuestras manos, compatriotas, más que en las mías, está el éxito o el fracaso definitivo de nuestro empeño. Desde que se fundó este país, cada generación de norteamericanos ha debido dar fe de su lealtad national. Las tumbas de los jóvenes norteamericanos que respondieron al llamamiento de la patria circundan el globo.
Los clarines vuelven a llamarnos. No es una llamada a empuñar las armas, aunque armas necesitamos; no es una llamada al combate, aunque combate entablemos, sino una llamada a sobrellevar la carga de una larga lucha año tras año, "gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación": una lucha contra los enemigos comunes del hombre : la tiranía, la pobreza, la enfermedad y la guerra misma.
¿Podremos forjar contra estos enemigos una grande y global alianza ?al norte y al sur, al este y al oeste?, que pueda garantizarle una vida fructífera a toda la humanidad? ¿Queréis participar en esta histórica empresa?
Sólo a unas cuantas generaciones, en la larga historia del mundo, les ha sido otorgado defender la libertad en su hora de máximo peligro. No rehuyo esta responsabilidad. La acepto con beneplácito. No creo que ninguno de nosotros se cambiaría por ningún otro pueblo ni por ninguna otra generación. La energía, la fe, la devoción que pongamos en esta empresa iluminará a nuestra patria y a todos los que la sirven, y el resplandor de esa llama podrá en verdad iluminar al mundo.
Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país.
Conciudadanos del mundo: preguntad, no qué pueden hacer por vosotros los Estados Unidos de América, sino qué podremos hacer juntos por la libertad del hombre.
Finalmente, ya séais ciudadanos norteamericanos o ciudadanos del mundo, solicitad de nosotros la misma medida de fuerza y sacrificio que hemos de solicitar de vosotros. Con una conciencia tranquila como nuestra única recompensa segura, con la historia como juez supremo de nuestros actos, marchemos al frente de la patria que tanto amamos, invocando Su bendición y Su ayuda, pero conscientes de que aquí en la Tierra la obra de Dios es realmente la que nosotros mismos realicemos.
- John F. Kennedy, 20 Enero 1961
Compatriotas:
Celebramos hoy, no la victoria de un partido, sino un acto de libertad - simbólico de un fin tanto como de un comienzo - que significa una renovación a la par que un cambio, pues ante vosotros y ante Dios Todopoderoso he prestado el solemne juramento concebido por nuestros antepasados hace casi 165 años. El mundo es muy distinto ahora. Porque el hombre tiene en sus manos poder para abolir toda forma de pobreza y para suprimir toda forma de vida humana. Y, sin embargo, las convicciones revolucionarias por las que lucharon nuestros antepasados siguen debatiéndose en todo el globo; entre ellas, la convicción de que los derechos del hombre provienen no de la generosidad del Estado, sino de la mano de Dios.
No olvidemos hoy día que somos los herederos de esa primera revolución. Que sepan desde aquí y ahora amigos y enemigos por igual, que la antorcha ha pasado a manos de una nueva generación de norteamericanos, nacidos en este siglo, templados por la guerra, disciplinados por una paz fria y amarga, orgullosos de nuestro antiguo patrimonio, y no dispuestos a presenciar o permitir la, lenta desintegración de los derechos humanos a los que esta nación se ha consagrado siempre, y a los que estamos consagrados hoy aquí y en todo el mundo.
Que sepa toda nación, quiéranos bien o quiéranos mal, que por la supervivencia y el triunfo de la libertad hemos de pagar cualquier precio, sobrellevar cualquier carga, sufrir cualquier penalidad, acudir en apoyo de cualquier amigo y oponernos a cualquier enemigo.
Todo esto prometemos, y mucho más.
A los viejos aliados cuyo origen cultural y espiritual compartimos, les brindamos la lealtad de los amigos fieles. Unidos, es poco lo que no nos es dado hacer en un cúmulo de empresas cooperativas; divididos, es poco lo que nos es dado hacer, pues reñidos y distanciados no osaríamos hacer frente a un reto poderoso.
A aquellos nuevos estados que ahora acogemos con beneplácito en las filas de los libres, prometemos nuestra determinación de no permitir que una forma de dominación colonial desaparezca solamente para ser reemplazada por una tiranía harto más férrea. No esperaremos que secunden siempre todo punto de vista, nuestro, pero abrigaremos siempre la esperanza de verlos defendiendo vigorosamente su propia libertad, y recordando que, en el pasado, los que insensatamente se entregaron a buscar el poder cabalgando a lomo de tigre acabaron invariablemente por ser devorados por su cabalgadura.
A los pueblos de las chozas y aldeas de la mitad del globo que luchan por romper las cadenas de la miseria de sus masas, les prometemos nuestros mejores esfuerzos para ayudarlos a ayudarse a sí mismos, por el periodo que sea preciso, no porque quizás lo hagan los comunistas, no porque busquemos sus votos, sino porque es justo. Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no podrá salvar a los pocos que son ricos.
A nuestras hermanas repúblicas allende nuestra frontera meridional les ofrecemos una promesa especial: convertir nuestras buenas palabras en buenos hechos mediante una nueva Alianza Para el Progreso; ayudar a los hombres libres y los gobiernos libres a despojarse de las cadenas de la pobreza. Pero esta pacífica revolución de esperanza no puede convertirse en la presa de las potencias hostiles. Sepan todos nuestros vecinos que nos sumaremos a ellos para oponernos a la agresión y la subversión en cualquier parte de las Américas. Y sepa cualquier otra potencia que este hemisferio se propone seguir siendo el amo de su propia casa.
A esa asamblea mundial de estados soberanos, las Naciones Unidas, que es nuestra última y mejor esperanza de una era en que los instrumentos de guerra han sobrepasado, con mucho, a los instrumentos de paz, renovamos nuestra promesa de apoyo: para evitar que se convierta en un simple foro de injuria, para fortalecer la protección que presta a los nuevos y a los débiles, y para ampliar la extensión a la que pueda llegar su mandato.
Por último, a las naciones que se erigirían en nuestro adversario, les hacemos no una promesa sino un requerimiento : que ambas partes empecemos de nuevo la búsqueda de la paz, antes de que las negras fuerzas de la destrucción desencadenadas por la ciencia suman a la humanidad entera en su propia destrucción, deliberada o accidental.
No les tentemos con la debilidad, porque sólo cuando nuestras armas sean suficientes sin lugar a dudas, podremos estar seguros sin lugar a dudas de que no se utilizarán jamás. Pero tampoco es posible que dos grandes y poderosos grupos de naciones se sientan tranquilos en una situación presente que nos afecta a ambos, agobiadas ambas partes por el costo de las armas modernas, justamente alarmadas ambas por la constante difusión del mortífero átomo, y compitiendo, no obstante, ambas, por alterar el precario equilibrio de terror que contiene la mano de la postrera guerra de la humanidad.
Empecemos, pues, de nuevo, recordando en ambas partes que la civilidad no es indicio de debilidad, y que la sinceridad puede siempre ponerse a prueba. No negociemos nunca por temor, pero no tengamos nunca temor a negociar.
Exploremos ambas partes qué problemas nos unen, en vez de insistir en los problemas que nos dividen.
Formulemos ambas partes, por primera vez, proposiciones serias y precisas para la inspección y el control de las armas, y para colocar bajo el dominio absoluto de todas las naciones el poder absoluto para destruir a otras naciones.
Tratemos ambas partes de invocar las maravillas de la ciencia, en lugar de sus terrores. Exploremos juntas 1as estrellas, conquistemos los desiertos, extirpemos las enfermedades, aprovechemos las profundidades del mar y estimulemos las artes y el comercio.
Unámonos ambas partes para acatar en todos los ámbitos de la tierra el mandamiento de Isaías llamado a: "deshacer los pesados haces de opresión , . . (y) dejar ir libres a los quebrantados".
Y si con la cabeza de playa de la cooperación es posible despejar las selvas de la suspicacia, unámonos ambas partes para crear un nuevo empeño, no un nuevo equilibrio de poder, sino un nuevo mundo bajo el imperio de la ley, en el que los fuertes sean justos, los débiles se sientan seguros y se preserve la paz.
No se llevará a cabo todo esto en los primeros 100 días. Tampoco se llevará a cabo en los primeros 1.000 días, ni en la vida de este Gobierno, ni quiza siquiera en el curso de nuestra vida en este planeta. Pero empecemos.
En vuestras manos, compatriotas, más que en las mías, está el éxito o el fracaso definitivo de nuestro empeño. Desde que se fundó este país, cada generación de norteamericanos ha debido dar fe de su lealtad national. Las tumbas de los jóvenes norteamericanos que respondieron al llamamiento de la patria circundan el globo.
Los clarines vuelven a llamarnos. No es una llamada a empuñar las armas, aunque armas necesitamos; no es una llamada al combate, aunque combate entablemos, sino una llamada a sobrellevar la carga de una larga lucha año tras año, "gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación": una lucha contra los enemigos comunes del hombre : la tiranía, la pobreza, la enfermedad y la guerra misma.
¿Podremos forjar contra estos enemigos una grande y global alianza ?al norte y al sur, al este y al oeste?, que pueda garantizarle una vida fructífera a toda la humanidad? ¿Queréis participar en esta histórica empresa?
Sólo a unas cuantas generaciones, en la larga historia del mundo, les ha sido otorgado defender la libertad en su hora de máximo peligro. No rehuyo esta responsabilidad. La acepto con beneplácito. No creo que ninguno de nosotros se cambiaría por ningún otro pueblo ni por ninguna otra generación. La energía, la fe, la devoción que pongamos en esta empresa iluminará a nuestra patria y a todos los que la sirven, y el resplandor de esa llama podrá en verdad iluminar al mundo.
Así pues, compatriotas: preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país.
Conciudadanos del mundo: preguntad, no qué pueden hacer por vosotros los Estados Unidos de América, sino qué podremos hacer juntos por la libertad del hombre.
Finalmente, ya séais ciudadanos norteamericanos o ciudadanos del mundo, solicitad de nosotros la misma medida de fuerza y sacrificio que hemos de solicitar de vosotros. Con una conciencia tranquila como nuestra única recompensa segura, con la historia como juez supremo de nuestros actos, marchemos al frente de la patria que tanto amamos, invocando Su bendición y Su ayuda, pero conscientes de que aquí en la Tierra la obra de Dios es realmente la que nosotros mismos realicemos.
- John F. Kennedy, 20 Enero 1961
Las Nieblas de la Oscuridad.

Por ironía pudieran pensar que soy un tipo muy trabajador que la paso escribiendo quizá siempre pero creo se equivocan ando quizá mirando un estúpido video que las bajaron en Youtube y que no me da mucha gracia, a veces pienso que hay gente muy tonta o vanamente estúpida que quiere un foro.
Ah por lógica quizá piensen lo mismo de mi pero vale es opción a pensar que a lo mejor me alegre quizá me siento bien sabiendo que tengo enemigos
a lo mejor leen este blog y digan quien es este falaz y pobre diablo
y me da gusto que piensen así.
Porque me siento mas importante y alimentan mi ego.
Este problema se origina a raíz q un gato tuvo que llegar a la puerta de mi cuarto a ensuciarme
porque el gato creía que yo soy empleado suyo y que tenia que limpiarle las eses
es por esa razón que siento que mas tengo enemigos que amigos.
A veces siento ser famoso algún día y que todos los piratas reproduzcan lo que escribo
entonces sabré quizá que eh triunfado.
A veces me las doy de escritor y cuando las vuelvo a leer se que escribí una tontería
y termino borrando.
A veces no tengo sueño y me las doy por insultar a gente q no conozco por el chat porque se que no me conoce y no me golpeara cuando me cruce por la calle.
A veces escucho los gritos que pega mi vecina a veces salgo del cuarto me asomo por la ventana y escucho el aullar de los perros callejeros
hambrientos de placer.
A veces miro el cielo y pienso que será cuando no tenga este blog que será de mañana cuando no tenga dinero para cubrir el internet.
A veces quiero ser como Rómulo león juntarme con Cannan y ver que lobby asemos y como le jodemos a Alan García.
O ser como Ollanta y querer matar a los chilenos y volver a revisar el contrato del señor calvo del tribunal de la tvRbc.
si si ese tipo claro el señor que le dicen lisuras cuando abre el teléfono.
No es que me da rabia que tengan tantas cosas que yo no tenga sino que me gustaría disfrutarlo como ellos.
Pero joder se que cuando vuelvo a mi realidad no soy escritor y odio a aquel que es buen escritor y gana dinero asiendo esto.
Quizá debería estar tomándome una cerveza como lo asen mis amigos
o bailando en una discoteca. O durmiendo como lo ase la mayoría de la gente.
O estar rodeado de hermosas niñas como los tienen los ladrones de la av. universitaria.
Odio aquel que tenga una chica mas guapa que la mía. Y pienso que tiene suerte que el amor siempre es ciego para algunos.
Por consiguiente quizá también me odien pero aún así me leen. También por la misma razón tienen derecho a odiarme los que ganen menos dinero que yo.
Creo este es mi oficio porque en realidad me considero muy vago para hacer trabajos que requieren esfuerzo, y prefiero quedarme escribiendo y ganar dinero algún día, que me paguen por lo que escriba o que hable.
Yo se que mi madre no es feliz al verme tanto tiempo en el ordenador.
Pero fue ella quizá causa de esta adicción por enseñarme a escribir
quizá hubiese sido mejor nunca ir al colegio así mi madre estaría feliz de no verme tanto tiempo aquí.
Se q A veces presumo ser importante cuando eh leído menos libros que ustedes
pero aún así me gusta joder. y aprender algo de ello.
No me gusta hablar de Dios cuando estoy pecando pero me persigno por si las dudas así estoy mas tranquilo aún sabiendo que estoy engañando.
A veces siento que soy muy complicado y un problema por eso busco chicas que sepan bastante de números así por deducción se que me entenderán. Y por consiguiente.
No sueño con un mundo mejor
sueño con dormir mejor. Porque cuando duermo mejor
el mundo me parece mejor.
Briceño Camarena Yhoel
Lima Peru.28 feb. 2009
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